Secretos para tener una vista de lince: frutas de colores llamativos y gimnasia para los ojos

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SANIDAD. En una sociedad como la española, que cada día se hace mayor, es bueno prestar especial atención a uno de los sentidos más necesarios para la vida diaria: la vista. Las verduras y las frutas de colores más llamativos, como el naranja, rojo y amarillo intenso, por ejemplo la zanahoria, son destacadas por su alto contenido en betacarotenos, que el organismo transforma en vitamina A, la cual es una gran aliada para evitar la ceguera nocturna.

Debemos de tener en cuenta que la alimentación es un factor fundamental para que cada parte de nuestro cuerpo funcione de un modo preciso. De acuerdo a los nutrientes que tenga lo que ingerimos, algunos órganos se verán beneficiados Los ojos no son una excepción. Estas recomendaciones alimenticias le ayudaran a cuidar la salud de los ojos.

Por un lado, las ya mencionadas verduras y las frutas de colores llamativos, como la zanahoria, los melocotones, albaricoques, mangos y papayas destacan por su alto contenido en betacarotenos. Pero también son recomendables el tomate, la calabaza, las espinacas y los berros.

Siguiendo con colores, las verduras con tonos verde intenso y amarillo oscuro como la coliflor, coles de Bruselas, espinacas, albahaca y el brócoli aportan una buena dosis de vitamina A.

Los pimientos contienen una gran cantidad de vitamina C,  indispensable para la absorción de la vitamina A y E. La vitamina C es necesaria para que los capilares no se debiliten, mientras que la E protege las membranas celulares de la oxidación mediante la protección de sus ácidos grasos que ayudan a prevenir la aparición de las cataratas. Otros alimentos de los que puedes obtener vitamina E son los espárragos, lechuga, nueces, germen de trigo y semillas de girasol.

Los frutos rojos, como las zarzamoras, frambuesas, arándanos, las  manzanas y ciruelas, son alimentos ricos en antocianidinas, que forman parte  de la familia de los flavonoides y tienen una gran capacidad antioxidante. Además, son grandes aliadas en la reparación de las células nerviosas de la retina, en el incremento del flujo sanguíneo que aporta mayores nutrientes al ojo; en la protección del colágeno; y en la conservación y mayor rapidez en la producción de rodopsina, una proteína de los bastones de la retina encargada de captar la luz.

De igual manera, los ácidos grasos omega 6 y omega 3 son esenciales para evitar la degeneración macular, enfermedad de los ojos que produce la pérdida de visión. También participan en la formación de vitamina A, a partir de los carotenos. Por lo tanto para la obtención de los ácidos grasos omega 6 o ácidos linoleicos, se puede consumir aceite de oliva, aceite de soja, girasol, maíz, germen de trigo, frutos secos y cereales integrales. Para obtener los ácidos grasos omega 3 o alfa linoleicos se debe ingerir pescado azul, soja, lino, cereales integrales, semillas de calabaza y de las nueces.  El hinojo, crudo en ensaladas o bebido, en forma de té, es también un remedio excelente para los problemas de visión.

Pero además de los alimentos que son buenos para cuidar la vista, también hay algunos que deberíamos evitar, como son la cafeína y las bebidas con cafeína, puesto que aumentan el riego sanguíneo y la presión en los ojos. No son buenos tampoco la cerveza y el tabaco. Y beber demasiados líquidos puede aumentar la presión del ojo. Debemos evitar beber de golpe y hacerlo en pequeñas cantidades.

Gimnasia para los ojos

Realizar cada día estos sencillos ejercicios para nuestros ojos es tan importante como estar bien alimentados.  Cada ejercicio deberá repetirse de cinco a diez, empezando por pocos y aumentando cada día en la medida en que se gane fuerza. No se deben llevar nunca las gafas o lentes mientras se realizan.

1- Con la cabeza erguida y fija, levantar al máximo los ojos mirando hacia arriba y luego bajarlos todo lo posible.

2- Sin mover la cabeza girar los ojos a la izquierda tanto como puedas y luego igual a la derecha.

3- Mover los ojos en forma circular, arriba, a la derecha, abajo y a la izquierda sin mover la cabeza, forzando siempre para hacer el circulo tan amplio y tan deprisa como puedas.

4- Abrir los ojos tanto como puedas y luego cerrarlos fuertemente.

5- Mirar lejos al horizonte y súbitamente mirar cerca.

6- Ejercitar los ojos a mirar la luz en pleno día y mirar a un lugar oscuro alternativamente.

7- Levantar el pulgar a la altura de la nariz y alejarlo tanto como se pueda, mirándolo fijamente mientras se acerca hasta que toque a la nariz.

Después de hacer esta gimnasia ocular, relajarse y descansar en la cama o sofá, aplicándose una compresa fría en la frente y ojos durante cinco o diez minutos. Se hará de la siguiente forma: se moja una toalla con agua fría, se escurre, se dobla en cuatro y se aplica en la región indicada.

Por Agustín Morales